jueves, diciembre 28, 2006

Femme fatale

Siempre me gustó Edie Sedgwick.

Siempre me gustó esta canción.


Here she comes
you better watch your step
She's going to break your heart in two
It's true
It's not hard to realise
Just look into her false-colored eyes
She'll build you up to just put you down
What a clown
'Cos everybody knows (she's a femme fatale)
The things she does to please ( " )
She's just a little tease ( " )
See the way she walks
Hear the way she talks
You're written in her book
You're number 37 have a look
She's going to smile to make you frown
What a clown
Little boy she's from the street
Before you start you're already beat
She's going to play you for a fool
Yes it's true
.............

martes, diciembre 26, 2006

La estrella de la radio




Conocí a Jota y a Manu a finales del setenta y nueve. Por entonces yo tenía un programa de radio en la FM de Radio España.
Manu tenía una imagen imponente. Parecía un clon de Paul Simonon, el bajista de los Clash. Y una seguridad en si mismo que no era normal en un chaval de diecisiete años.
Jota era tremendamente tímido. Casi no abrió la boca. Le recuerdo con sus gafas negras y su cazadora de cuero llena de chapitas y escondido detras del flequillo rubio que le caía por la cara.
Venían a anunciar su primer concierto en M&M y me traían una maqueta en cinta de bobina. Era una especie de copia de una canción de los Brincos que se llamaba "Giulieta", lo recuerdo perfectamente, es mas puede que si me pongo a buscar aún la tenga.
Tocaban muy mal, pero había algo. Con el tiempo nos hicimos amigos. Se pasaban muy a menudo por la emisora. Sobre todo cuando entrevistaba a alguien. Recuerdo que Jota se enamoró pedidamente de Lena Lovitch y despues de Chrissy Hynde.
Manu era mucho mas músico que él. Con el tiempo ha llegado a ser muy bueno. Lástima su poca fuerza de voluntad. Siempre tuvo un espiritu kamikace. Se veía venir....
Cuando dejó el grupo tardé mucho tiempo en saber de Jota.
Me dijeron que vivió una temporada con Ana Velasco.
Un coctel peligrosísimo. Jota y una chica guapa que a demás de actriz es una excelente compositora. Una buena escusa para sublimar su amor y luego atormentarse eternamente. Le encantaba pasarlo mal.

viernes, diciembre 22, 2006

Father Christmas (The Kinks)


When I was small I believed in santa claus
Though I knew it was my dad
And I would hang up my stocking at christmas
Open my presents and Id be glad
But the last time I played father christmas
I stood outside a department store
A gang of kids came over and mugged me
And knocked my reindeer to the floor
They said:Father christmas, give us some money
Dont mess around with those silly toys.
Well beat you up if you dont hand it over
We want your bread so dont make us annoyed
Give all the toys to the little rich boys
Dont give my brother a steve austin outfit
Dont give my sister a cuddly toy
We dont want a jigsaw or monopoly money
We only want the real mccoy
Father christmas, give us some money
Well beat you up if you make us annoyed
Father christmas, give us some money
Dont mess around with those silly toys
But give my daddy a job cause he needs one
Hes got lots of mouths to feed
But if youve got one, Ill have a machine gun
So I can scare all the kids down the street
Father christmas, give us some money
We got no time for your silly toys
Well beat you up if you dont hand it over
Give all the toys to the little rich boys
Have yourself a merry merry christmas
Have yourself a good time
But remember the kids who got nothin
While youre drinkin down your wine
Father christmas, give us some money
We got no time for your silly toys
Well beat you up if you dont hand it over
We want your bread, so dont make us annoyed
Give all the toys to the little rich boys

miércoles, diciembre 20, 2006


Dos marineros desataban las motos y preparaban el desembarque. La compuerta de popa, se abrió con bastante brusquedad y en pocos minutos la Norton estaba otra vez en tierra.
Jota salió del puerto y buscó algún cartel que le indicase el camino a Es Pujols. Estaba un poco despistado y decidió preguntar a alguien. Al final de una especie de paseo marítimo, Jota vió una chica en bicicleta. Se acercó a ella.
Le sorprendió del parecido que tenía con Ana, aunque con unos cuantos años menos. Era una preciosidad de pelo ensortijado que le recordó a las princesas vikingas de los comics.
-"Hola, ¿sabes cómo puedo ir a Es Pujols?"-. La chica le explicó que el mejor camino era por las salinas, que la isla estaba llena de gente este año, que se llamaba Luna y que Jota parecía alemán.
Estuvieron charlando en la cuneta como si se conocieran de toda la vida y no se hubieran visto en un tiempo. Luna era tan simpática como guapa y Jota se sentía bien hablando con ella. Estaban tan enrollados contándose cosas que ni siquiera repararon en la lluvia que hacía rato había comenzado a caer.
Un fiat punto con matrícula de Milán, salió de la gasolinera. Aldo y Katia habían pasado unos días en Formentera y se disponían a coger el último barco a ibiza y realmente no tenían tiempo. Iban discutiendo. Parecían los tipico italianos de película, gesticulando y gritando. Llegaban bastante tarde y perderían el ferry, con lo que tendrían que pasar noche en el fiat, pues dificilmente habría habitación en algún lado.
La fina lluvia y los faros de los vehiculos incomodaban aún mas si cabe a Aldo. Katia no paraba de gritar. Al parecer todo era culpa de su chico.
A la entrada de la Savina, Aldo perdió el control del coche. La incipiente lluvia había hecho que la carretera se transformase en un resbaladizo espejo y el coche derrapo violentamente.

Luna y jota casi no se dieron cuenta. Antes de poder reaccionar un fiat verde se les había hechado encima. Lo último que Jota pudo escuchar fué -"Tengo frío"-. Luna lo repitió dos veces antes de que el hilito de voz se perdiera definitivamente. -"Para ser mediados de agosto hace un frio increible"- dijo Jota cerrando los ojos.
El motor de la Norton tambien se apagó.

lunes, diciembre 18, 2006


"LOS PASAJEROS CON VEHÍCULO ABORDO PUEDEN BAJAR AL PARKING....". Eran las ocho y media y el último barco a Formentera salía en ese instante. Jota estaba algo nervioso. Aunque nadie le esperaba hasta el día siguiente, tenía ganas de llegar y conocer la única isla de las Baleares que le quedaba.
La terminal de Flebasa estaba en la otra punta del puerto de Ibiza. Estaban embarcando un camion de cervezas, así que tuvo tiempo suficiente para sacar el ticket y embarcarse.
Luna llevaba dos años viviendo en La Mola, tenía dieciseis años y un largo pelo rasta de color rubio que caía por sus hombros. Había llegado a la isla con sus padres desde Alemania, para unas vacaciones pero decidieron quedarse.
Vivían en una casa payesa cerca de Es Caló y se dedicaban a hacer collares y pulseras que vendían donde podían. Sobre todo en el mercadillo de los domingos en la Mola. A Luna lo que mas le gustaba era cantar al lado de su hermano Udo, bien en el mercadillo, o en la plaza de San Ferran, por las noches.
El mercadillo de la Mola tenía un sabor especial, distinto a todos. Aún mantenía, aunque cada vez menos, el espiritu hippie que tuvo Formentera años atrás. Pareos, telas de la India, pulseras, pendientes todo mezclándose en una placita de arena rodeada de chamizos de madera y abarrotada de gente.
Luna era una muñequita. Sus grandes ojos azules resaltaban en su redonda y morena cara. Todas las mañanas cogía su bicicleta y se acercaba a alguna de las playas de la isla. Le encantaba el mar y siempre que podía pasaba todo el día hasta la puesta de sol. El atardecer era el momento del día que mas le gustaba. Tenía un color especial, que contrastaba con la luminosidad habitual de la isla.
Luna recogía conchas y piedras de la orilla para hacer colgantes y pulseras con ellas.

Aquel quince de agosto, Luna tenía que acercarse al puerto de la Savina para recoger un paquete de cordones de cuero que su padre había encargado en Ibiza. No tenía que ir hasta las diez, así que se entretuvo en San Francesc paseando por la calle peatonal.
San Francesc, San Ferran y Es Pujols eran con la Savina y el Pilar de la Mola las únicas poblaciones de Formentera. A primeros de agosto, la isla estaba llena de turistas, sobre todo italianos y alemanes, aunque éstos acostumbraban a llegar mas tarde. A los formentereños, tanto de nacimiento como de adopción, no les gustaba demasiado esa avalancha de gente que llenaba las escasas carreteras de coches y ciclomotores. Y todos esperaban que no le ocurriese a la isla lo mismo que había pasado con Ibiza o Mallorca, pero por otro lado era una fuente de ingresos importante para ellos.
Luna se detuvo un rato a charlar con Per, un ex yonky sueco que llevaba ya diez años viviendo en Formentera.
-"Hola , princesita. Anoche estuviste genial, cada día cantas mejor. ¿Por que no fuiste a la fiesta de la luna llena?"-
-"No pude, me quedé cuidando a los niños de Carla. ¿Vas a llevarte la guitarra esta noche?"- Per asintió con un gesto. Se despidieron con la mano y Luna continuó caminando por la plaza. Se puso la chaqueta. -"Para ser quince de Agosto, hace algo de frio"- se dijo.

La bodega del barco estaba semi-inundada de cerveza. Jota miraba entre incrédulo y divertido el desarrollo de los acontecimientos. Un volquete de gravilla que estaba situado al lado del camión de cervezas, se había desplazado con el oleaje. Las cajas situadas en lo mas alto del camión habían caido y la Norton y una BMW de un italiano estaban ahora pisando litros de San Miguel.
Jota subió a cubierta, no quería marearse y el mar estava un poco movido. El sol ya se había puesto y la visibilidad era escasa. A Jota le habría encantado ver como se aproximaba
el barco a la isla, pero lo único que podía divisar eran las pequeñas lucecillas de una costa por otro lado escasamente iluminada. Siempre recordaba "La isla del tesoro" cuando navegaba y esta vez tampoco fue una excepción.
Realmente estaba ansioso por llegar. Había escuchado tantas cosas de Formentera que quería comprobarlo por si mismo.
En cubierta viajaba una pandilla de quinceañeros que habían pasado el día en Ibiza. Iban hablando de sitios que Jota ya conocía por referencias y señalaban los puntos de luz de la isla diciendo cosas como _¡Mira, eso es el pirata!_ o _Desde aquí se pueden ver los puestos de Es Pujols_.
El barco era un pequeño ferry bastante destartalado pero tenía su encanto. No tenía nada que hacer al lado de los rápidos que hacían el mismo trayecto en veinticinco minutos, pero ganaba en capacidad de carga y mantenía cierto aire de barco de pelicula de aventuras.

Luna dejó la bicicleta en la entrada de la terminal del puerto. Las taquillas estaban ya cerradas y el bar de la estación marítima estaba practicamente vacío. Sólo un grupo de tipos con pinta de marineros bebían y fumaban en la barra. Luna se acercó al muelle. Se sentó en lo alto del muro del espigón y miró hacia Ibiza.
_¡Eh, princesa, tengo una cosa para tí!_. Un hombre con uniforme agitaba un paquete en la mano, mientras se dirigía hacia Luna.
-"Creia que lo traian en el último barco, ¿has tenido que esperarme?"- "No te preocupes"-, contestó el hombre, -"tengo guardia esta noche así que me iba a quedar de todos modos"-.
Luna recogió los cordones de cuero, se despidió del los hombres del bar, recogió su bicicleta y pedaleando lentamente se encaminó a su casa.
El ferry entraba en la dársena del puerto. Jota bajó a la bodega. .......

viernes, diciembre 15, 2006

frio


Aquella mañana, Jota se despertó pronto. No tenía que estar en Valencia hasta las cinco de la tarde pero tampoco tenía nada que hacer en Madrid. Cargó despacio las cosas en la moto y emprendió el viaje.
Se movía con rapidez entre los abundantes coches que empezaban sus vacaciones el mismo día que él. Se detuvo en Belinchón para echar gasolina y para ponerse algo de abrigo, era el quince de agosto más frío que recordaba.
Rápidamente iba dejando atrás anodinas poblaciones de carretera y superando interminables filas de coches cargados de bultos y bicicletas de montaña en sus techos. De cuando en cuando se cruzaba con algún motero al que saludaba ritualmente, algo que siempre le pareció un poco ridículo.
Mientras conducía miraba los girasoles y las vides que crecían a los lados de la carretera. Los imaginaba como espectadores de sus viajes y testigos de las barbaridades que los coches-bulto hacían en su peregrinación anual a Denia, Cullera o Alicante.
Recordó por un instante lo diferente que era el ánimo con el que emprendió un viaje parecido, el año anterior. Se sentía especialmente jodido, como si le hubieran arrancado el alma, hasta tal punto de que un mismo viaje, una misma carretera y una temperatura similar, parecieran un año después totalmente distintos.

El motor de la Norton Commando pedía nuevamente gasolina. Motilla del Palancar, prácticamente la mitad del camino. Adoraba esa moto, no paraba de darle problemas de carburación, pero nunca le partiría el corazón.
Jota tenía una irrefrenable tendencia a compadecerse de sí mismo y era incapaz de dejar de pensar en Ana.
Jota y Ana habían vivido juntos una temporada. La cosa hacía tiempo que se había acabado.
Hablaban a menudo por teléfono, se veían con frecuencia y seguían siendo amigos, aunque la monumental bronca que habían tenido la noche anterior, no lo demostrase.
Jota no sabía si seguía o no colgado de Ana, estaba confundido y tal vez algo defraudado, pero Ana era su debilidad y siempre haría cualquier cosa por ella.
Llegando a Requena, paró a comer algo.
El bar Hermanos Delgado estaba lleno de humo de fritanga y de obesos camioneros que le miraron cuando entró por la puerta. Jota parecía un personaje sacado de "el salvaje". Tenía cierto aire a un Marlon Brando escuchimizado y con el pelo largo, y un atuendo propio de la película, cazadora cruzada de cuero y pañuelo al cuello. Pidió un pincho de tortilla y una caña. Miró el teléfono de reojo. Por un instante pensó en llamar, pero ¡qué coño! para qué enterarse de nada.
Jota sentía una fascinación, casi científica, por las mujeres. Siempre decía que eran tan imprevisibles como los gatos. Que pasaban facilmente del ronroneo al arañazo. Pero lo que más asombraba a Jota era la capacidad que tenían para moverse en circunstancias distintas con infinidad de recursos. Y para manejar el cotarro sin que se notase quién llevaba el volante.
La tortilla estaba seca y la cerveza no muy fría, pagó y salió a la carretera.
Jota se estaba anudando el pañuelo al cuello cuando un Mercedes cuatrocientos cincuenta aparcó junto a la Norton. Dos niños bajaron del coche y se quedaron mirándole,
-"vamos, no molestéis"-. La voz que salía del coche era tremendamente familiar para Jota. La puerta se abrió.
Pero antes de que nadie pudiera bajarse del mercedes, la Norton estaba ya enfilando el último tramo hacia Valencia.
La terminal del puerto estaba vacía. Las taquillas de Transmediterránea no abrían hasta las cuatro. Jota tenía bastante tiempo hasta la hora del embarque. Caminó por el barrio del puerto. Compró un periódico y se sentó en la terraza de un bar cercano.
-"Señorito, ¿quieres que te lea la mano?"- una gitanilla de unos quince años sacó a Jota de su lectura.
-"Si me dices sólo cosas buenas"- contestó.
Unos expresivos ojos negros se clavaron en la mano izquierda de Jota. El rostro de la gitanilla cambió de expresión, soltó asustada la mano y se perdió entre los coches aparcados. Jota se sintió inquieto. Verdaderamente no le hacia ninguna gracia lo que acababa de ocurrir. Intentó olvidarlo.
El fast ferry se ponía en movimiento. Era la primera vez que Jota iba en un rápido. Estaba totalmente sorprendido de la velocidad con la que se desplazaba. A las ocho estaría en
Ibiza, con el tiempo justo de embarcarse hacia Formentera.
Dejó su asiento y se acercó al bar. Cuatro italianos jugaban a las cartas en una de las mesitas del fondo. De los altavoces del barco salía un casi irreconocible Elvis a volumen ambiental. Jota pidio una botella de agua y se sento juntó al ventanal..............

viernes, diciembre 08, 2006

Manu se estampa



Verdaderamente había salido rápido del bar, y aunque tenía controlada la situación, su cabeza seguía bastante lejos de la carretera.
Cuando se conduce hay que conducir y la verdad es que Manu no estaba muy concentrado en lo que hacía desde un rato largo. Se dejaba ir.
Parece mentira y a la vez un tópico pero se le pasaron muchas cosas por la cabeza mientras daba trompos y volantazos. Se iba a dar el gran hostión y no le preocupaba. No estaba asustado ni lo estuvo en ningún momento, tampoco después.
Cuando el coche paró, con la boca llena de cristales y totalmente desorientado, sintió como algo o alguien le empujaba por la única ventana posible.
Una vez en el exterior del coche, se sentó en el suelo. Se le hizo eterno el tiempo en que tardaron en llegar sus amigos que habían salido mas tarde que él.
Tenía frío pero se encontraba realmente bien, tan bien como no se había sentido en mucho tiempo.
Vió a lo lejos unos faros. Se incorporó para que no se asustaran, y antes de hacerles señas desde el centro de la carretera, miró al coche.
Allí como a dos metros de él había alguien. Una mujer de unos cuarenta años de edad le sonreía. A Manu le pareció un rostro muy familiar. Apartó la vista un segundo porque se acercaban coches y cuando volvió a mirar ya no había nadie.
En estados de mucha excitación se pueden imaginar cosas asi que Manu no contó nunca lo de la mujer a nadie.
Sus amigos se acercaron con caras desencajadas. Manu sangraba abundantemente por la nariz y le dolía todo el cuerpo.
El coche chorreaba gasolina acostado sobre el techo.
En el maletero llevaba un amplificador y la guitarra, recogieron lo que buenamente se pudo, documentación, la radio, el ampli y la guitarra. Llegaron los picoletos y cortaron si cabe un poco mas el rollo. Cuando se fueron Manu subió al coche de Charly y regresaron a Madrid.
Horas mas tarde en el hospital seguía tranquilo. Tan tranquilo como hacía mucho tiempo que no se sentía.


-"¿En que coño estabas pensando? ibas como un loco, saliste practicamente a dos ruedas del bar."
-"Que va, iba bien. Se me cruzó algo, no se un conejo o un perro."
-"Si, seguro. Pero si ibas puestísimo y a demás como de mala leche. Manu no te entiendo, de verdad. No se de que vas. Nos cortaste el rollo a todos."
-"Claro lo que importa es si le corte el rollo a los demás o no. No que estuviera a punto de palmarla."
- "Aunque no te lo creas, le importas a mas gente de lo que piensas. Pero así no vas a ir a ningun lado, te estás desquiciando."

lunes, diciembre 04, 2006

Rockand roll en el cine. Algunas pelícuas que me han gustado.


No son todas, mi memoria es lamentable pero ahí van.

1.The girl can't help it
2. Don't look back
3. R'n'r circus
4. Monterey pop
5. Easy rider
6. Johnny Cash, The Man, His World, His Music
7. Woodstock
8. Gimme shelter
9. The concert for Bangla Desh
10. The harder they come
11. Eat the document
12. Let the good times roll
13. Jimi Hendrix
14. Oh Lucky man
15. Wattstax
16. Phantom of the paradise
17. Rocky horror picture show
18. Tommy
19. Nashville
20. Bound of glory
21. A star is born
22. The last walz
23. Renaldo and Clara
24. The kids are allright
25. American Grafitty
26. Quadrophenia
27. Hair
28. The rose
29. The song remains the same
30. Rust Never Sleeps
31. The blues brothers
32. No nukes
33. Roady
34. The great r'nr' swindle
35. Reggae Sunsplash
36. Chuck Berry Hail! Hail! Rock 'n' Roll
37. Great Balls of Fire!
38. Roy Orbison and Friends: A Black and White Night
39. The Commitments
40. Mo better blues
41. Freebird: The Movie
42. Year of the Horse
43. Blues Brother 2000
44. High Fidelity
45. Almost Famous
46. School of Rock
47. Festival Express
48. Walk The Line
49. No Direction Home: Bob Dylan
50. Let It Be