(Esta fecha no corresponde a la entrada, pero no se cómo hacerlo)
Hacía lustros que no iba a los toros. La retina se me había llenado ya de Manolo Vazquez, Curro o Rafael y la verdad es que la afición se me fue despegando de la piel como lo hacen los tatoos que vienen en las patatas fritas.
Pero el sábado pasado asistí de nuevo a la Monumental de las Ventas y la experiencia fue grata. Es como montar en bicicleta. De nuevo cegado por el brillo del albero, no se que coño me pasa pero el color de la arena me machaca.
Lo mas grato fue regresar en buena compañía (gracias Tom) y cañear por los baretos aledaños.
El caso es que he pasado por todas las etapas, desde joven aficionado, adulto aficionado, pasota treintañero con guiños al antitaurinismo y de nuevo en la cuarentena a interesarme por carteles y ganaderías. No se dónde me llevará esto....
viernes, junio 06, 2008
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