Algunos, muy pocos tienen magia. El mundo los necesita, pero el mundo no entiende de magias.
Ellos tienen demasiado complicado el día a día tan absurdo en el que deambulamos los demás, los que no tenemos ese don.
Estamos poco a poco perdiendo la partida. Se nos están marchando aquellos que nos ayudan a despegar al menos unos palmos del suelo, aquellos que nos hacen experimentar, un poco de lejos, esa especial forma de sentir. Con sus canciones, con sus palabras, con su forma de decir o de tocar.
Esta semana ha sido Antonio.
Te vamos a echar de menos, aunque no nos demos cuenta en toda su magnitud.