Lucía intentó nuevamente conciliar el sueño. Esta vez se acurrucó junto a la pared como si quisiera alejarse de él.
Se tapó la cara con la almohada y cerró de nuevo los ojos.
Intentó en vano retomar el hilo del sueño que minutos antes le ocupaba. Imposible.
Un arrítmico y desagradable ronquido le devolvía una y otra vez a ese duermevela ansioso que tan familiar se había hecho ultimamente.
Lucía llevaba varios años viviendo con él. Le adoraba. Era su único freno en los momentos de desquicie y a pesar de tantos malos momentos se dejaría la vida por él.
Pero Lucía en aquel preciso instante le hubiera extrangulado con la mayor de las sañas.
Habían salido esa noche, él había bebido y se había metido el mundo y como siempre que esto pasaba su respiración se hacia insoportable.
Lucía le miró con desprecio. El era el causante de su insomnio, y por si fuera poco, dormía como un cerdo mientras ella lo intentaba.
Se volvió hacia él. Le miró con odio. Toda la atracción que había sentido antes se esfumaba por momentos.
El gruñido rítmico seguía ahí. Le llamó hijo de puta, chasqueó la lengua pero nada. Despues de un breve silencio, volvía a la carga con mayor brío.
Lucía empezó a llorar. Se encontraba mas sola que nunca
Intentó quitarle importancia pero su razonamientose interrumpía una y otra vez con los resoplidos de él.
Salió de la cama sin ningun cuidado. Molestando. Pero ahí seguía el jabalí trompeteando incansable.
Cuando él despertó, Lucía no estaba. Buscó en la mesilla de noche como con cierta rutina familiar. Allí estaba la nota.
En italiano, por supuesto. " Va fan culo".
El sonrío y marcó el número de Lucía en su móvil.
Se tapó la cara con la almohada y cerró de nuevo los ojos.
Intentó en vano retomar el hilo del sueño que minutos antes le ocupaba. Imposible.
Un arrítmico y desagradable ronquido le devolvía una y otra vez a ese duermevela ansioso que tan familiar se había hecho ultimamente.
Lucía llevaba varios años viviendo con él. Le adoraba. Era su único freno en los momentos de desquicie y a pesar de tantos malos momentos se dejaría la vida por él.
Pero Lucía en aquel preciso instante le hubiera extrangulado con la mayor de las sañas.
Habían salido esa noche, él había bebido y se había metido el mundo y como siempre que esto pasaba su respiración se hacia insoportable.
Lucía le miró con desprecio. El era el causante de su insomnio, y por si fuera poco, dormía como un cerdo mientras ella lo intentaba.
Se volvió hacia él. Le miró con odio. Toda la atracción que había sentido antes se esfumaba por momentos.
El gruñido rítmico seguía ahí. Le llamó hijo de puta, chasqueó la lengua pero nada. Despues de un breve silencio, volvía a la carga con mayor brío.
Lucía empezó a llorar. Se encontraba mas sola que nunca
Intentó quitarle importancia pero su razonamientose interrumpía una y otra vez con los resoplidos de él.
Salió de la cama sin ningun cuidado. Molestando. Pero ahí seguía el jabalí trompeteando incansable.
Cuando él despertó, Lucía no estaba. Buscó en la mesilla de noche como con cierta rutina familiar. Allí estaba la nota.
En italiano, por supuesto. " Va fan culo".
El sonrío y marcó el número de Lucía en su móvil.